sábado, 7 de abril de 2012

EL FIN DEL MUNDO

El fin del mundo.
Por  Iñaki López R.
Un vistazo al tremendismo que azota al mundo periódicamente.
De que no es Nostradamus, son las profecías de este u otro vaticinador, de terribles catástrofes, o si no el mal interpretado libro de la Revelación o Apocalípsis. En los momentos actuales se trata de las profecías mayas, que ni son mayas ni son profecías.
En el año mil de nuestra era cristiana, se dijo que al sonar las doce de la noche del 31 de diciembre, las trompetas celestiales anunciarían el día del juicio. Los templos estaban el día de San Silvestre, abarrotados de pecadores arrepentidos que clamaban por el sacramento de la confesión y el perdón de sus faltas, se abrazaban los enemigos, se condonaban las deudas, cuando no se obsequiaban los bienes, que nadie aceptaba, puesto que bastarían horas para que este mundo y sus contornos desapareciesen bajo una lluvia de fuego.
Pero, al dar la última campanada, reinó un gran silencio, más luego, al ver que no ocurría nada se entonó el cántico de Acción de Gracias, el Te Deum.
También en el siglo XIX, en Estados Unidos, hubo otro anuncio del fin del mundo, hubo ventas de pánico, se perdonaban las deudas, se regalaban las propiedades. Los miembros del grupo que encabezaba el falso profeta, vestidos con túnicas blancas gritaban dando la bienvenida a los ángeles, muchos se montaban a horcajadas en sus compañeros, diciendo que imitaban a Jesucristo en la entrada de Jerusalén.
La sorpresa y el desengaño de la falsa profecía causó muchos disgustos y el falso profeta tuvo que salir por lugares menos peligrosos.
Los más recientes, como los Testigos de Jehová, que desde el siglo XIX han fijado fechas, que pasan sin cumplirse sus tétricos acontecimientos, aceptando haberse equivocado y cambiando la fecha, por lo menos unas cinco veces.
El año pasado 2011, se inició una campaña de anuncio de la catástrofe más terrible, basada en un códice del pueblo maya, pero, todo esto, ya está comprobado que es una mala interpretación de lo inscrito , pues lo que señala es el final de una época y el inicio de otra. El 21 de diciembre del presente 2012, transcurrirá como de costumbre, con los trabajos y preparativos navideños, así como por la noche, donde aún se conserva la piadosa tradición de las Posadas, pero el mundo, el Universo, solo tendrá su fin cuando Dios Altísimo lo disponga, pues su Divino Hijo, ya lo menciona en el Evangelio de San Mateo 24, 36: "De aquel día y de aquella noche, nadie sabe, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre".
Todo cristiano, debe estar siempre preparado para su fin del período que es la vida, estar viviendo como ciudadano del cielo, pero, viviendo en la Tierra, haciendo la voluntad de Dios, esto es amándolo a Él y a nuestro prójimo.
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